Consejo para aliviar tus pies tras llevar zapatos de tacón
¿A qué mujer no le gusta vestir un buen tacón?
A todas nos gusta lucir unos tacones altos, un buen zapato de diseño, de esos que estilizan la figura, hacen que se nos vean unas piernas interminables y nos realza… ¡Todo!
Aquí tienes el consejo principal para aliviar tus pies tras una jornada en la que lleves zapatos de tacón.
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Unos buenos zapatos de tacón tienen tanta importancia como el corte del vestido, el maquillaje o un peinado bien hecho, y además tienen que tener un diseño que nos permita usarlos durante mucho tiempo seguido sin que nuestro pié sufra (En nuestro curso online de diseño, ajuste y patronaje aprenderás la anatomía del pié, pieza importantísima a la hora de confeccionar un zapato cómodo y de calidad) Pero aunque es verdad que los tacones son importantes para verse bien vestida, también es cierto que llevarlos durante mucho tiempo cansa los pies.
Por eso hoy nos vamos a salir un poco del tema de diseño o historia del calzado y te vamos a proponer unos pequeños consejos para aliviar tus pies después de una jornada de trabajo, una cena con baile o un evento importante y que hará que puedas recuperar mejor la salud de tus pies tras llevar tus zapatos de tacón.
Los tacones y la anatomía del pie
Hay quien piensa que los zapatos de tacón son muy perjudiciales para el pie y, hasta cierto punto tiene razón, pero no es tan malo el lobo como lo pintan: hay que diferenciar entre unos zapatos de tacón de los que compras por 10€ y un par de zapatos bien diseñados, de los que tienen en cuenta tanto la estética como la comodidad. En Reinventando el Calzado siempre vamos a apostar por fomentar la creación de zapatos de Calidad desde que iniciamos su diseño en el papel.
Si eres de las que lleva todo el día unos zapatos baratos… deberías pensar en invertir un poco más en tus pies. No es solo una cuestión de estética, sino de salud.
Si, por el contrario, te gusta tener un buen zapatero (calidad, más que cantidad) el consejo principal que te daremos en este artículo hará que ese cansancio que tienes cada noche, cuando te quitas los zapatos, desaparezca rápidamente y puedas disfrutarlos al día siguiente.
El auto-masaje: la solución más rápida y económica
Llevas todo el día de reuniones, de una oficina a otra. Cuando acabas has tenido que ir a comprar varias cosas que faltaban y a recoger a los niños… Una vez llegas a casa tienes dos opciones:
- Ponerte a hacer las tareas domésticas, estar con tus hijos y con tu marido…
- Tomarte tan solo 10 minutos para ti misma y relajar tus pies…
Con la primera opción llegarás a la noche con los pies agotados. No es cosa de los zapatos, es que has llegado a casa y no has prestado a tus pies la atención que debías y que ellos necesitan.
Con la segunda opción, con dedicarle a tus pies tan solo 10 minutos, llegarás a la noche mucho más relajada y conciliar es sueño te será mucho más sencillo (no tendrás esa sensación pesada en los pies que tanto agobia). Por cierto, si queréis más información sobre porqué se nos hinchan los pies y las piernas, en este blog especializado en Drenaje Linfático te explican muchos casos y sus posibles soluciones.
Auto-masaje de pies para mujeres que usan tacones
Vamos a recorrer el pie con tan solo 4 pequeños ejercicios, del tobillo a los dedos. Ten al lado una buena crema hidratante, que usarás para darte el masaje (si te acostumbras a hacerlo así cada día, además, tendrás la piel de los pies siempre perfecta).
Empieza por los tobillos
Los tobillos cuentan con la articulación principal que soporta el peso del cuerpo: une el pie con las piernas y es el eje principal de rotación del conjunto del pie. Así que es importante dedicarle tiempo.
Masajea en ambos sentidos del reloj, realizando círculos en ambas partes del pie. Luego aplica presión desde media pantorrilla, con ambas manos a la vez, hasta medio pie, como si estuvieras estirando la piel.
Hazlo durante un minuto o minuto y medio y luego dedícate a recorrer con las manos tu tendón de Aquiles. Hazlo con presión firme, pero sin que cause dolor. Masajéalo, des-ténsalo y libéralo de la presión de todo el día.
Es importante que le dediques tiempo al tendón de Aquiles, porque al llevar mucho rato un zapato de tacón lo mantienes encogido. Aprovecha para estirarlos y relajarlo al máximo (siempre sin dolor).
Empeine y planta
Ahora le toca el turno a la parte posterior del pie: el empeine y la planta. Esta es una de las partes más placenteras de este auto-masaje. Ya lo verás.
Úntate bien las manos de crema y coloca las manos como en la foto, de manera que los dedos gordos quedan dentro de la planta del pie y el resto de la mano lo rodea para masajear el empeine.
Con los dedos gordos: no hagas presión únicamente con la punta de los dedos. En esta fase nos interesa masajear la fascia, una membrana muscular que cubre los músculos de la planta del pie. Así que intenta hacer presión por igual con toda la zona de los pulgares.
Al mismo tiempo, cada vez que la mano suba y baje, del talón hasta el metatarso (la bola del pie) intenta que sean las llemas de los dedos las que den el masaje en el empeine.
Sí, sí. Todo lo contrario que en la planta. Ahora te lo explicamos.
Verás, la planta del pie está cubierta por la fascia, como ya te hemos dicho. Es una membrana que necesita un masaje uniforme para relajarse. Sin embargo, en el empeine están, casi después de la piel, los tendones de los dedos. Éstos necesitan un tipo de presión más dedicada y menos uniforme.
Con la práctica verás que te concentras cada vez más en los tendones y eres capaz de masajearlos todos a la vez.
El metatarso
Ahora vamos a por una de la zona del pie que más dolores causa: la bola del pie o el metatarso. Y, si lo piensas bien, tiene toda la lógica que sea la parte que más molestias presenta al llevar tacones.
Los tacones hacen que el peso caiga, precisamente, hacia esa parte del pie y, con el paso de las horas, se acaban resintiendo.
Así que vamos a darle un buen meneo y a dejar nuestros metatarsos como nuevos, listos para un buen sueño y otro día de taconazos de lujo.
Pon un poco de crema en el metatarso y agárralo de la misma forma que has hecho antes con la parte posterior del pie. En esta ocasión, sin embargo, te vas a concentrar en dar el masaje solo con la yema de los dedos pulgares.
Empieza haciendo presión de dentro a fuera, como si quisieras extender los pies y ensancharlos (no te preocupes, que eso no va a ocurrir por mucho que aprietes). Recuerda que, en ningún caso, tiene que haber dolor. Como mucho una molestia propia del mismo cansancio.
Después profundiza un poco e intenta notar cada falange, cada grupo de huesos de cada dedo, y masajéalos por separado, del dedo gordo al pequeño y siempre desde la planta hasta la punta de los dedos.
Aprovecha para comprobar que no notas ningún tipo de bultito (muy comunes a partir de los 35-40 años) que pueden desembocar en una bursitis o un neuroma de Morton. Son dolencias poco comunes que, si las detectas pronto, apenas causan dolor en la planta del pie.
Para terminar en esta zona, que es la que más presionas, da un pequeño masaje con las palmas de la mano para relajarla. Aquí utiliza tus sentidos para que este pequeño masaje sea lo más placentero y relajante posible.
Los dedos
Ahora viene la penúltima fase de nuestro auto-masaje para tacones: los dedos de los pies, y es una fase que no todas podemos hacer. Los dedos pueden ser una zona muy muy sensible e incluso herógena y pueden llegar a provocar cosquillas e incluso excitación sexual (si lo haces acompañada de tu pareja ¡puede que eso no sea problema!).
Si no tienes problemas de cosquillas o mucha sensibilidad en tus dedos del pie, vamos a por ellos. An esta fase lo principal es que intentes separar con cuidad cada dedo, uno a uno, lo máximo que puedas siempre sin sentir ni un ápice de dolor.
Una vez lo has hecho un par de veces con cada dedo, masajea la parte del pie entre los dedos con un solo dedo (puede ser el índice) haciendo que la parte interna del dedo queda hacia abajo. Pon la punta del dedo y desliza hasta el final, dejando que la articulación principal del índice masajee con los laterales a los dedos de tu pie.
El toque final
Ya hemos llegado a la última fase, al final de nuestro auto-masaje. Ahora échate un buen chorro de crema en las manos y dedícate a querer tus pies, a jugar con ellos, sin presión y con suavidad. Recórrelos por todas partes y masajea suavemente hasta que la crema se absorba.
Esta última fase es para relajar totalmente al pie, para dejar en un estado de distensión total y lograr que su tono muscular sea totalmente laxo, relajándolo todo lo posible.
Quiérelos, acarícialos y dales tantas vueltas como quieras.
Resumiendo
Todo esto, escrito, parece mucho. Pero no es así. Todo el proceso de auto-masaje dura, como mucho, 10 minutos. Con la práctica, la mayoría de mujeres lo hacen en menos tiempo y dedican algún minuto de más a la fase final, la del relax.
Si puedes, antes del masaje, pon tu música favorita, esa que te relaja especialmente, y ten cerca una copa de tu vino favorito (ya sabes, media copita al día no hace daño).
Con este pequeño pero efectivo auto-masaje vencerás el cansancio y las molestias típicas de llevar tacones durante muchas horas, afrontarás la tarde o la noche mucho más relajada y dormirás como una reina. Además, tu cerebro relacionará los masajes con los tacones, por lo que llevarlos ¡te hará más feliz cada día!
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Hola Alejandra, veo que tienes una web llamada Pequenahuella.com
Si te interesa que hablemos de tu web en nuestro blog ofrecemos publicaciones de artículos patrocinados.
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Un saludo y gracias
Los masajes son muy importantes. Hay que promover la circulación. Se nota la diferencia.